Borges
mencionó alguna vez que no era un pensador, sino, sencillamente un hombre de
letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema
de confusiones que se llama filosofía en forma de literatura y, tenía razón. La
prueba de ello es el texto titulado La
suma. Poema con reflexión filosófica en forma de literatura manifestado por
el Borges lírico a través de un personaje en tercera persona:
Un
hombre se ha sentado y premedita
trazar
con rigurosa pincelada
en la blanca pared el mundo entero…
Reflexión filosófica-poética que postula (el
yo lírico) la imagen del ser humano como una sumatoria de abstracciones
ilimitadas pero, paradójicamente también definidas; la suma del todo pero
también la nada como resultado de esta operación matemática.
Conocimiento
del mundo y del ser humano debido a esta reflexión frente a la infinitud de la
pared blanca. Universo creado con exactitud geométrica, con exactitud
matemática, basada en líneas definidas o asíntotas como posibles fundamentos
acerca del origen del mundo, creadas por un ser omnipotente: Dios. Dios
geómetra, divinidad matemática que los ángeles nos comunican con él para
obtener respuesta cierta a nuestra incertidumbre con relación al universo; que
la ciencia aún no ha podido explicar.
Conocimiento
de la imagen del hombre constituido por suma de dualidades (Sumas, dice Borges
lírico): libres, pero también esclavos; luz y vida, pero también ignorancia y
desconocimiento; somos presencia, pero también ausencia, somos el todo, pero
también la nada; conocemos nuestros caminos, pero también no encontramos salida
alguna a esos caminos; somos la infinitud, pero también la finitud:
Puertas, balanzas, tártaros,
jacintos
ángeles, bibliotecas,
laberintos,
anclas, Uxmal, el infinito,
el cero…
Dualidades abstractas que son la imagen del
hombre, dualidades análogas a las matemáticas cuyos elementos están presentes
en este poema: el infinito, el cero, vasta algarabía de líneas, formas
geométricas en la pared.
En suma, el conocimiento que genera el
yo lírico en la voz de la tercera persona, es producto de esa reflexión
poética-filosófica de la que ya he mencionado ante la infinitud límpida de la
pared. Conocimiento poético que nos postula el universo, la vida, el ser
humano, como suma infinita de abstracciones compuesta por dualidades: libertad
y opresión; presencia y ausencia; diálogo y ruptura, que sin embargo existe el
camino de la mediación divina como para equilibrar ambos polos de la vida.
La
suma
Ante la cal de una pared que
nada
nos veda imaginar como
infinita
un hombre se ha sentado y
premedita
trazar con rigurosa
pincelada
en la blanca pared el mundo
entero:
puertas, balanzas, tártaros,
jacintos,
ángeles, bibliotecas,
laberintos,
anclas, Uxmal, el infinito,
el cero.
Puebla de formas la pared. La
suerte,
que da curiosos dones no es
avara,
le permite dar fin a su
porfía.
En el preciso instante de la
muerte
descubre que esa vasta
algarabía
de líneas es la imagen de su
cara.
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l Barone, Orlando. (1996). Diálogos, Jorge Luis Borges- Ernesto Sábato.
Buenos Aires:Emecé editores.
l Borges, Jorge Luis. (1985).
Ficcionario, una antología de sus textos.
Edición, introducción, prólogos y notas por Emir Rodríguez Monegal. México:
Col. Tierra Firma del FCE.
l -------------------- (1977). Obra
poética 1923-1977. Buenos Aires: Emecé editores.
l Sasarego, Myrta. (1998). Borges y el laberinto. México: Col.
Tercer Milenio del CNCA.
Este texto, apareció publicado en la Revista Especial Lunes, en julio 12 de 1999, número 86. Año III. Tabasco, México
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