miércoles, 25 de octubre de 2023

Cinco lecturas radiográficas, fotográficas, periféricas, de contorno, scanning, sobre qué va la historia, cómo está organizada y cuál es el conflicto planteado

 





1

El juego de los abalorios de Hermann, Hesse (Calw, Alemania, 1877-1962). Novela utópica, cuya propuesta de realidad literaria y certeza al mundo que vivimos, narra la relación que existe entre el arte y la ciencia, entre la música y las matemáticas como modelo de formación intelectual, artística y espiritual en el selecto espacio llamado Castalia; en ciudad que se preste llamarse humana, mundo terrenal. Texto narrativo que postula e invita a la armonía, a la paz.

Libro constituido en tres partes, como se estructurara cualquier tipo de ensayo: La primera, por el esbozo de una introducción (lenta y por lo tanto aburrida al lector a punto de abortar muy temprano su lectura, pero…); la segunda a la descripción biográfica del Magister Ludi, José Knecht, médium y personaje principal de la novela por medio de la cual se desarrolla la argumentación del lenguaje secreto del juego de los abalorios que, contiene todos los contenidos científicos, artísticos y valores culturales; formas de palpar el entorno espiritual del cosmos. Y, una tercera parte, el cierre, la conclusión:   Muestra de los escritos del joven Knecht: Poemas y relatos, bajo el título “tres currículum vitae”.

Una novela de conflicto moral (encarnado en José Knecht personaje principal), ante la visión reclamante de la realidad mundana que contrasta con la realidad del hábitat de Castalia; una especie de universo en una cáscara de avellana. Universo hermético que finalmente Knecht abre grietas para atender a su consciencia antagónica, representada por Plinio Designori.

2

Aprender a rezar en la era de la técnica, de Goncalo M. Tavares (Luanda, Angola, 1970). Lectura disruptiva frente a la temática, estructura y conflicto planteado en la novela del juego de los abalorios; aunque ambos finales de los personajes principales, con ciertas coincidencias. Novela que, ateniéndonos a la imagen del estetoscopio mostrada en el forro de la portada y al bisturí y el color rojo de la portada, elementos semiológicos de la medicina y dispositivos de la técnica, podemos leer de qué va la trama y sus temas centrales; que cercanos al sentimiento humanista del médico hacia su paciente, sería el bien, la paz y el poder de salvar vidas. El mal, el poder y la violencia que conceden el conocimiento y la habilidad técnica cuando no están regidos por la compasión: temas en los cuales gira la historia novelada de Tavares. El poder de la técnica en las manos y la mente perversa del doctor Lenz Buchmann, personaje principal. Un Zaratustra del XXI.

El esqueleto del libro está formado en tres partes y un epílogo: La primera, titulada “Fuerza”, cuyo tema central gira en torno al aprendizaje de Lenz Bucchmann sobre la anatomía del poder y sus derivaciones, primero en manos del bisturí y luego en manos de la política: la fortaleza, la estrategia del ataque y la defensa; el odio, el deseo, el mal, el suicidio. La segunda parte, titulada “Enfermedad”. La ironía de lo inesperado, la sorpresa de la vida que nos hace perder el control de la fortaleza; situación inadmisible por Buchmann contra toda manifestación de debilidad. Por supuesto esto no es su pathos y, decide adelantarse a la muerte, a través del suicidio no logrado en la tercera parte, precisamente titulada “Muerte”.  Ante la frustración del suicidio, debido a su debilidad corporal, la muerte decide mejor metamorfosearse en luz de televisor que conduzca al Doctor Lenz Buchmann por los senderos de la levedad. En verdad una muerte tranquila, para una mente enloquecida por el poder del mal. Así de generoso e inesperado el final de la trama, narrada en el epílogo como desenlace del conflicto de esta historia: la pérdida total de poder y dominio sobre los demás.

3

La marrana negra de la literatura rosa, del escritor mexicano, Carlos Velázquez (Coahuila, 1978). Texto literario, como los dos anteriores, pero a diferencia de ellos este es un libro de cuentos. Puntos comunes en algunos temas con respecto a la novela Aprender a rezar en la era de la técnica: lo grotesco, lo extravagante o la violencia. Por ejemplo el asesinato de Frederich, padre de Lenz; las muertes de Rafa (el loco de la ciudad) y su mujer a manos de Buchmann hijo. Claro está, en sus distintas ambientaciones y contextos con que se nos narra sus historias literarias. Las de La marrana negra de la literatura rosa, escenarios donde se desarrollan además de los temas antes mencionado, el de la obscenidad.

Libro organizado en cinco cuentos, narrados en atmósferas de drogos, trasvestis, egocéntricos, homosexuales, extravagantes, obscenos; la realidad tal cual. Cuentos, nos generaliza la contraportada, “espejo que escupen la imagen precisa de una realidad que se presenta deforme. Un gordo cuya mujer lo pone a dieta de cocaína para que baje de peso”, [una jota que no logra nunca ser Miss Gay], “un adolescente con síndrome de Down que se convierte en el tecladista estrella de una fallida banda de punk”; [otro tipo de Gay defraudado por la obsesión de su mujer a embarazarse, toma la decisión de amputarse el pene] “y una marrana negra con aires de diva que le dicta a su atribulado dueño geniales novelas de literatura rosa”. “Personajes que habitan su escenario extremo y desquiciado, que desternilla y horroriza a la par”.

4

Ensayismo [escrito por el inglés Brian Dillon (Dublín, 1969)], es un libro que a diferencia de los comentados anteriormente es de índole llamada no ficción, no expositiva, no literaria: ni novela ni cuento; es un ensayo. Título sustantivado que nos orienta periféricamente sobre lo que va la colección de estos textos: “el modo de ser de los ensayos, una actitud hacia la forma y otras más”, según este ensayista inglés.

Ensayismo está constituido por veintiséis ensayos, entre los cuales habla sobre los ensayos y los ensayistas; sobre sus orígenes; sobre el ensayismo; sobre las listas, la dispersión, la ansiedad, el consuelo, el estilo, la extravagancia, el gusto, las frases, la melancolía, el fragmento, los aforismos, el detalle; sobre divergir, hablar con uno mismo, la coherencia, la vulnerabilidad, la atención, la curiosidad y sobre volver empezar.

<<Un libro de ensayos sobre los ensayos, sobre el arte de escribirlos y el placer de leerlos.

Una reflexión del autor sobre el sentido de escribir ensayos en el mundo actual y una exploración de los diversos enfoques y posibilidades: personal, crítico, polémico, seductor, digresivo, elucubrativo, asociativo, erudito, apasionado, despasionado, reflexivo, curioso, irónico, aforístico…

Recorre su historia y homenajea a los grandes maestros que lo practicaron: Montaigne, sir Thomas Browne, Pascal, Charles Lamb, Emerson, De Quincey, Virginia Woolf, Cyril Coonolly, Walter Benjamín, Theodor Adorno, Roland Barthes, Geroges Perec,  Maurice Blanchot, Susan Sontag, Elizabeth Hardwick, Janet Malcolm. Entrecruzando sus propias experiencias y sus lecturas, Brian Dillon reivindica el ensayo como aventura literaria y celebra la riqueza inagotable de este género, que es una forma lúcida de contemplar y entender la vida>>, según se deja leer en la contraportada.

5

Transpeninsular, de Federico Campbell (Tijuana 1941 – ciudad de México). Novela escenificada en Baja California; de Norte a Sur por el periodista mexicano Fernando Jordán en su jeep militar, comprado en San Diego. De Sur a Norte por el viejo periodista Esteban (Alter ego de Federico), quien emprende su viaje desde la ciudad de México hacia la península cautivado aún después de treinta y cinco años de saber la historia narrada en el libro El otro México, de Jordán. “Un libro maravilloso [que] nos [reveló en nuestra adolescencia] un mundo fascinante, un escenario digno de las mejores novelas de aventuras que además era nuestro, algo así como el otro lado de la luna que siempre habíamos tenido, en cierto modo a la mano, nos dice Federico Campbell en “Viajes por la península”, texto constitutivo y preceptivo de la novela.

“…Transpeninsular es una reflexión sobre el ser humano, la muerte, el suicidio y sobre el dilema que existe entre información e imaginación literaria. Indaga sobre la idea que los demás nos hacemos de los otros…”

Una novela estructurada en tres capítulos, titulados “La península de piedra, las palmas quemadas y el imperio del adiós”, antecedidos por un prólogo de Juan Villoro y dos texto finales, uno del propio Federico como mencioné, especie de texto constitutivo y preceptivo y una evocación de Vicente Alfonso, bajo el título “Composición de lugar: Federico Campbell.

“Más que sobre el escritor Fernando Jordán o el suicidio, Transpeninsular es una novela sobre las fantasías que se crea la gente respecto de la verdad, especialmente en el inconsciente narrativo de los pueblos”, nos vuelve a comentar Federico. Novela gratificante para este lector que le ha permitido viajar, como Esteban del Sur (este) al Norte; desconocido, a pesar de una estancia corta en Coahuila hace unos años o a través de algunas canciones.

Un viaje Transpeninsular de realidad literaria que, sello con una botella de vino de Baja California.


sábado, 30 de septiembre de 2023

El juego de los abalorios

 

“[La civilización mundana], la técnica, la industria, el comercio, etcétera., necesitan los basamentos comunes de una ética y de una honestidad del espíritu.                                                         

               (EL JUEGO DE LOS ABALORIOS)

 

 

Novela utópica, cuya propuesta de realidad literaria y certeza al mundo que vivimos, narra la relación que existe entre el arte y la ciencia, entre la música y las matemáticas como modelo de formación intelectual, artística y espiritual en el selecto espacio llamado Castalia; en ciudad que se preste llamarse humana, mundo terrenal. Texto narrativo que postula e invita a la armonía, a la paz.

El libro está constituido en tres partes, como se estructurara cualquier tipo de ensayo: La primera, por el esbozo de una introducción (lenta y por lo tanto aburrida al lector a punto de abortar muy temprano su lectura, pero…); la segunda a la descripción biográfica del Magister Ludi, José Knecht, médium y personaje principal de la novela por medio de la cual se desarrolla la argumentación del lenguaje secreto del juego de los abalorios que, contiene todos los contenidos científicos, artísticos y valores culturales; formas de palpar el entorno espiritual del cosmos. Y, una tercera parte, el cierre, la conclusión:                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

Muestra de los escritos del joven Knecht: Poemas y relatos, bajo el título “tres currículum vitae”.

Así, el meollo del asunto de un nuevo alfabeto, un naciente lenguaje de signos que hicieran posible fijar e intercambiar las nuevas vivencias espirituales. Los cimientos de lo que había de venir en el juego de los abalorios. Los fundamentos de una lengua, un idioma de signos y fórmulas en el que participaban por igual las matemáticas y la música; factibles para enlazar fórmulas astronómicas y musicales, reducir simultáneamente a un común denominador las ciencias y el arte. Habría que aprender la técnica y el ejercicio de la contemplación del espíritu.

Castalia, el hábitat donde se desarrolla la historia de la novela, especie de nueva Atlántida; de Aleph borgeano: “donde están todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos”. Castalia, lugar donde están todos los valores espirituales de la humanidad, vistos a partir de la “matemática musical” como paradigma, reitero, que encierra todos los contenidos científicos y artísticos.

*

El acercamiento y más tarde la lectura de la novela El juego de los abalorios de Hermann Hesse, escrita en medio del holocausto y el caos humano en 1943 se dio como referencia del texto leído de divulgación científica, titulado matemática musical que aparece en el libro El ábaco, la lira y la rosa de José Luis Díaz, donde este científico plantea la relación mencionada arriba, entre las matemáticas y las artes, especie de paradigma puntual que contiene todas las ciencias y las artes; ejemplo narrativo en demostrar tal relación.

El que esboza estas líneas sabía del nombre de Hermann Hesse y su novela, quizá la más leída, El lobo estepario (por cierto, todavía en el estante de mi pequeña biblioteca, sin haberla leído aún), pero el azar me llevó a leer la que es la última obra que dejó escrita el novelista alemán, El juego de los abalorios. Así el mundo de la lectura.

Novela de largo aliento, con frecuencia rítmica de temperamento intelectual que distrae al lector esperando la fluidez literaria acostumbrada y tradicional en una historia de ficción, pues el comienzo de ésta es una tentativa de “ensayismo” introductorio, de analogía característica del ensayo. Bueno, al menos a mí me provocó un cierto rompimiento de esquema literario; pero en realidad, “Ensayo de una introducción, la primera parte del libro, fácilmente comprensible a su historia” es una presentación radiográfica, fotográfica, periférica, de contorno, de scanning, sobre qué va la historia, cómo está organizada y cuál es el conflicto planteado y mostrado en la biografía del Magister Ludi José Knecht; sintetizado en sus poemas y relatos escritos durante la juventud. Conflicto moral encarnado en éste, ante la visión reclamante de la realidad mundana que contrasta con la realidad del hábitat de Castalia; una especie de universo en una cáscara de avellana. Universo hermético que finalmente José Knecht abre grietas para atender a su consciencia antagónica, representada por Plinio Designori.


martes, 4 de julio de 2023

INFINITOS MODELOS PARA ARMAR EL ROMPECABEZAS DE LA INGENIERÍA

 


<<Monteverde estudió en la secundaria, donde muy temprano tomó la decisión de estudiar ingeniería. Yo creo que fue aquella lectura sobre los fenómenos electromagnéticos y su magia alrededor de ellos, que le hizo tomar tal inclinación. Más tarde se fue involucrando con el lenguaje abstracto de las matemáticas que, por cierto, su lectura y manejo era demasiado fácil para él; nada del otro mundo, como a la mayoría de sus compañeros de estudios que siempre se estrellaban contra la pared, cuando se trataba de resolver algún problema de álgebra o trigonometría. No, para él la matemática era más bien un juego que en mucho le divertía. Era como ir armando con los números las piezas misteriosas del mundo. Así, pues, entre fenómenos físicos y el juego lúdico con los números, nació el germen de estudiar ingeniería. Allí mismo, entre libros de física y matemáticas se fue forjando la imagen del ingeniero; como estar detrás de un gran escritorio de madera de caoba, donde se extendía un sin fin de hojas de todos los tamaños, las mejores plumas que podía portar un profesionista, y una calculadora científica, que además de realizar cálculos especiales, graficaba los resultados de éstos; la vestimenta —que no era de cualquier ingeniero— formal de un casimir oscuro, camisa blanca manga larga con mancuernillas de oro y, sobre la camisa, una elegante corbata con tintes color rojo: El modelo de ingenio que anhela todo estudiante joven.>>


Con esto casi concluyo el breve texto titulado “Elogio del ingeniero” que aparece publicado en el libro “Trazos y fragmentos”, publicado por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco en 2018, y que menciono como pre texto para recomendar dos lecturas a, lectores ingenieros o no, en una especie de elogio en el día del ingeniero: “En pie (Las claves ocultas de la ingeniería)” de Roma Agrawal, publicada por Grano de Sal en 2019 y “El rompecabezas de la ingeniería (Por qué y cómo se transforma el mundo)” de Daniel Reséndiz Núñez, publicado por el Fondo de Cultura Económica en 2008, además de compartirles el propio elogio del ingeniero por el Chat GPT inteligente y artificial. El
primero, más específico y relacionado con la ingeniería y el ingeniero estructurista; el segundo, aunque escrito por un ingeniero civil, es más general a pesar de sus especificidades en los ejemplos que comparte el autor, para ilustrar los tres grandes temas que estructuran el libro, como: Los procesos intelectuales de la ingeniería, el entorno de la ingeniería y el contexto de la ingeniería. Finalmente, a razón de lo que a usted le quiera contestar el Chat acerca del ingeniero, les comparto lo que a mí me dijo a la pregunta: ¿Podrías escribir un elogio del ingeniero?:

“El ingeniero es un profesional que encarna los pilares de la innovación y el progreso. Su pasión por el conocimiento y la solución de problemas lo lleva a trazar un camino hacia un futuro mejor.

Este experto en ciencia y tecnología posee una mente creativa que se nutre de su habilidad de comprender a fondo los procesos y las herramientas necesarias para crear soluciones innovadoras y eficientes.

El ingeniero es un líder natural en su área, capaz de coordinar y motivar a equipos multidisciplinarios para alcanzar objetivos colectivos. Su capacidad para diseñar y ejecutar proyectos complejos lo invierte en un recurso indispensable para la sociedad y para el sector productivo.

De esta manera, el ingeniero se erige como un actor clave en el desarrollo tecnológico, industrial y económico de cualquier país. Y es por lo que merece un elogio especial por su dedicación y compromiso en mejorar el mundo que nos rodea.”


lunes, 15 de mayo de 2023

Mínimo acercamiento a los grandes maestros


“Enseñar es siempre enseñar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no puede ser maestro; por mucho que sepa."                                                      

Fernando Savater.        

(El valor de educar)


HAROLD BLOOM. Maestro newyorkino, crítico literario e intelectual canónico. Vela que ilumina la voluntad y los anhelos de lectores, porque nos permite conocer a través de su propuesta de lectura literaria como forma introductoria, los difíciles placeres de la vida; porque, como en la poesía, éste nos permite mirar las cosas de manera trascendental, encontrarnos, y a veces descubrimos que somos más profundos y extraños de lo que creíamos. Porque la poesía (continuado con la voz del maestro Bloom) puede ayudarnos a hablar más plena y claramente con nosotros mismos, y a oír, como de pesada esa conversación. 

JESÚS (el hijo del carpintero). Maestro del amor, esencial en el acto de educar.

JORGE LUIS BORGES. Maestro de lenguaje magnético y seductor, que estructura su esfera literaria. Maestro de lenguaje culto, intelectual; con la hechura de la más alta finura de arte poético que todo poeta quisiera tejer. Magister del dibujo exacto y geométrico de lo que somos los humanos. Leer, por ejemplo, libros escritos en prosa como ficciones, el Aleph, otras inquisiciones, el libro de arenas, el poema suma, entre otros, es un gozo y un placer tener entre las manos esos mundos fundamentados en la aritmética del infinito para negar el tiempo, porque Dios lo es todo, y dejar en claro la constelación trazada del universo.

LA BIBLIA. Libro de origen hebreo, arameo y judío. Maestra, maestro universal en el conocimiento del mito de la creación del universo, las matemáticas, la problemática de la emigración, los fenómenos sociales, políticos históricos, geopolíticos, culturales, económicos, éticos, morales; la persistente violencia muy de nuestra humanidad y actualidad; la educación sensible y estética de la poesía, la filosofía.

LA BIBLIOTECA. Ciudad de los libros, de aventuras y prolongados viajes; odisea del conocimiento compartido donde se conoce a los grandes maestros.

LOS CIENTÍFICOS. Maestros de hombros gigantes sobres los cuales se amplifican los horizontes y clarifican los misterios del universo.

LOS FILÓSOFOS, como Platón y sus escritos. Dignos en la enseñanza sobre el amor y la muerte.

LOS POETAS. Maestros en el reconocimiento de la esencia ontológica, necesaria e indispensable en el constante dialogo con el otro.

MARCELINA VILLATOR. Vocación, pasión, responsabilidad, puntualidad, libertad de cátedra, o conocimiento de la profesión del maestro.

OCTAVIO PAZ. Excelente maestro, poeta y ensayista que, a partir de las lecturas de sus libros el lector recibe enseñanzas filosóficas, bajo el principio del intelectualismo y el criticismo. El primero, como forma de mediación del conocimiento humano que a lo largo de su existencia se ha movido en los extremos del racionalismo y el empirismo; el segundo, como forma de mediación de toda posibilidad de conocimiento, sólo que entre los extremos del dogmatismo y el escepticismo. Así sus textos poéticos como sus ensayos literarios sobre la poesía, el amor, el erotismo, el arte, la política, sobre la cultura; muestra el origen de una filosofía fuerte, que une, que fusiona, que es partidaria de la fraternidad entre el pensamiento y la experiencia. 

Los textos pazianos tienen un valor educativo implícito para formarse una actitud crítica frente al mundo, ante la pomposidad de la modernidad. Un valor, incluso en su pensamiento político, sustentado también por una posición intelectual y crítica, a pesar que en su etapa última su pensamiento mediador era solo en un sentido, con el de la derecha, con los llamados neoliberalitas. 

lunes, 12 de diciembre de 2022

Cuatro poemas*









&

Hay luciérnagas en la selva para buen rato

a pesar de no tener oídos ni ojos,

aunque cada día muera muy lentamente.


&

Para un hombre solo como yo,

la luna de octubre

las luciérnagas del lago

y la sutil partitura de las candelas

en la quietud de la selva.

Otro mundo, claro,

a la orilla de un camastro

bajo la luz mortecina que muere lentamente.

Otro mundo, claro,

bajo el concierto de los moribundos que cada vez se ahogan en la penumbra de las paredes.

Otro mundo

aunque el olor de la soledad es diferente.


&

Es tarde

hora de cerrar la última hoja amarillenta del libro

y tender el sombrero, la bufanda y el bastón

en el ramaje de la noche.


&

El optimismo de la vejez en las voces de quienes se resisten. Hay viejos —dicen— con la pesadez a cuesta; pero el rostro erguido. Viejos que en nada se parecen a ti, vejete.

(Pero mi madre me hace recordar que ciertamente la literatura es el mundo de lo posible, cuando habla de sus ganas de no seguir viviendo; porque la vejez —dice— es una vergüenza, un sin sentido, un absurdo entre lo absurdo que es el hombre.)

Digo nada, frente a esta queridísima y escéptica vieja.

Es mejor callar.

Callo.





* Poemas que forman parte de la última parte del libro "De este lado la ausencia de los barcos", publicado recientemente en este año 2022, por el Fondo Editorial de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco en 2022.

domingo, 20 de marzo de 2022

El placer de los textos

(Los que acompañan, invitan, seducen, atraen…)


*

Los que se atreven a defraudarnos, con toda libertad en las manos de hacerlos a un lado sutilmente o, retirarlos de la vista, por lo menos antes que sigamos los pasos de Lucio el bibliotecario de la novela El último lector imprimiéndole el sello de censurado, para enviarlos al infierno del sótano donde las cucarachas hacen de ellos su comidilla. Una historia literaria y pueblerina ambientada en Icamole cuyo final llama la atención por la estructura parecida a los cuentos tradicionales: la sorpresa. Un final que se puede interpretar inconcluso desde el momento que existe, no El último lector; sino un lector siempre dispuesto a leer una historia. David Toscana, el creador de esta novela, buen escritor, interesante contador de historias. 

Otro de los libros de mis recientes lecturas es El Vidente amateur (nociones elementales sobre la materia poética), de Ernesto Lumbreras. Título que de manera inadecuada me orilló al principio a dudar y plantearme cierta deshonestidad o exceso de humildad en el poeta hecho y derecho que es Ernesto; sobre todo en la palabra amateur; aclarada específicamente, y parafraseando el aforismo de Wallace Stevens, citado por Lumbreras: “Para ser original es preciso tener el valor de ser siempre un aprendiz”. Es decir un amateur. El vidente amateur es un libro que tiene su propia voz hermenéutica con elementos estructurales lingüísticos que lo hacen un texto de ensayo aceptable, que reflexiona sobre la poesía, el acto de leer poemas y el tema de la traducción de estos. 

*

Últimamente eh estado leyendo al poeta Alberto Blanco en un suplemento cultural de la Ciudad de México en breve sección titulada Meditaciones, escrita en forma de poemas y, aunque el texto más reciente La química no es de la calidad esperada para este lector quien escribe, la voz poética de Alberto es única entre las voces polifónicas de los poetas y sus poemas, como puede uno constatarlo en su libro La hora y la neblina, reunión, según nos dice el propio poeta, de doce libros de poemas (1968-2004). La verdad, su voz tiene un espacio dentro del universo poético, aunque hay otras voces de mayor presencia. Veo en él una voz más notable como ensayista de poesía. 

*

Dentro de esta colección de lecturas recientes y azarosas, hay dos novelas más, aunadas a la ya mencionada al principio de ésta síntesis, se trata de Parménides de Cesar Aira y la del escritor David Grossman: La vida juega conmigo. Uno esperaría que en la novela de Aira el argumento de la historia girara alrededor de Parménides como personaje principal, pues el título de la brevedad literaria del escritor argentino lleva por nombre, nada más y nada menos que el del gran pensador de la filosofía presocrática y su visión del mundo, explicada ontológicamente en el no movimiento; antítesis de Heráclito, otro enorme pensador de hace más de 1000 años de filosofía en Occidente. Pero no. O, a medias, ya que el personaje principal de nombre Perinola, poeta por cierto, puede bien representar el alter ego del autor del poema del ser, me refiero al conocido poema de Parménides; aunque a la vez, su antítesis. Lo digo por la visión de Perinola, cuando nos dice que “la poesía es a la vez algo y nada” o, bien esto: “La vida no siempre [obedece] a la lógica” o, esto otro parafraseándolo con respecto a la escritura: “[Basta hacer la nada con la punta del dedo para que brote] el todo”. No recuerdo bien si la lectura hecha de sus dos novelas anteriores, Cómo me hice monja y El pequeño monje budista tienen un final inesperado como en Parménides, porque el de ésta sitúa al lector en una quietud, para concluir y confirmar después lo que tiene de irónico la vida; como también se puede leer y se escuchar en voz de Guili al final de la novela La vida juega conmigo, de David Grossman. Novelas e historias literarias como esta escrita por el escritor israelí, cuyo estilo en el lenguaje sensibiliza los oídos de sus lectores, como queda demostrado también en La vida entera y El cabaret, por lo menos. 

*

Finalmente concluyo (también azarosamente), para hablar de tres libros de ensayos, dentro de lo cual está su común denominador, como el tema abordado: la muerte, especialmente en Recordando a los difuntos del escritor Arnoldo Kraus; en Pensar la muerte del filósofo francés Vladimir Jankélévitch, y en Más allá del cuerpo de Francisco González Crussí, quien trata el tema, específicamente en el capítulo IV. Comencé a leer a Arnoldo Kraus en medios periodísticos hace ya buen tiempo y lo sigo haciendo, aunque ahora de manera más selectiva, especialmente cuando escribe sobre temas filosóficos, éticos, de miradas muy humanísticas; porque cuando se distrae en escribir acerca de su visión política y la de los políticos, no queda muy bien parado. Estos escritos se alimentan generalmente de la ligereza. Claro, esto no ha impedido en seguir leyendo al escritor que es, como por ejemplo en Recordar a los difuntos o Helen (su madre) ante la antesala de la muerte o, bien <<palabra, lenguaje que humaniza, que revelan fragmentos del alma, la de Helen>>. 


*

Hay unos versos de un poema en proceso de ser considerado como tal que, comparto para los futuros lectores: < <Molestia en las cienes/ Dificultad en respirar el viento, por ejemplo, es de pensarlo/ Pero, ¿la muerte se piensa; se vive? Muestro esto porque ello me estimuló en adquirir más tarde el libro de Vladimir Jankélévitch, Pensar la muerte; aunado al contexto del libro de Arnoldo Kraus.

El libro de Jankélévitch es un texto de entrevistas (publicado posterior a La muerte), cuyo prólogo nos dice “suscitó expresarse largamente sobre las motivaciones profundas de su interrogación: ¿Se puede pensar la muerte? Respuestas que conllevan a hablar, a pensar sobre el tiempo y la vida. “La muerte, nos dice Jankélévitch, el sinsentido que da sinsentido a la vida [en el tiempo]”.

*

Por último la muerte e íntima relación con el cuerpo, como nos muestra la retórica elegante, artística y cognitiva de Francisco González Crussí en su libro Más allá del cuerpo (capítulo IV), estructurado en cuatro secciones, entre ellas “la faz visible de la muerte” o, parafraseando al vuelo:


Más allá no sé

La metaempiria

lo inefable

el misterio.


LA TEZ DE LA MUERTE

La mirada en el horizonte 

de quien espera el fin.

Desvelar el mysterium trementum

 O, bien:

El rostro de una muerte trivial y su polvareda que somos…



miércoles, 31 de marzo de 2021

La metacognición en la novela Moby Dick*


Toda lectura literaria es una estrategia metacognitiva para estimular, desarrollar y a prender a pensar el conocimiento de manera creativa, interpretativa y crítica de la realidad que ofrece la literariedad del texto, desde el momento (como se mencionó líneas arriba), de la interacción entre el lector y el texto a través de una comunicación literaria que le permiten comprender-explicar-comprender su realidad fuera del texto de manera más humana que la ofrecida  digitalmente. Está en el aprendizaje del conocimiento de la vida, en el conocimiento que nos aporta ser en el mundo que nos permite darnos cuenta de ello; ser consciente de este aprendizaje y, en base a ello y sus alternativas, dinamizar de manera creativa nuestra comprensión y valoración de nuestra realidad. La lectura de la novela Moby Dick como

aprendizaje que permite en el lector desarrollar el pensamiento interpretativo y crítico, creativamente. Está en la selección de algunos capítulos de la novela leídos y vueltos a leer, como el 107 y 108, titulados “El carpintero” y “Ahab y el carpintero” respectivamente, porque en medio de la oscuridad, del vacío, de la miseria, del infierno; del largo viaje hacia el gran agujero negro marítimo; el carácter y la personalidad  espontánea de la vitalidad, la fuerza de la inquietud del envidiado y maravilloso carpintero que sólo tiene respuestas creativas dadas al capitán Ahab  y a la embarcación. O, el capítulo 132 que lleva por nombre “la sinfonía”, cuya selección y elección ha sido la mejor para este lector quien escribe, porque permite comprender el verdadero rostro humano del heroe. Verdadera joya metacognitiva para el que lee, debido al acercamiento hacia el modelo de invención humana encarnada en el personaje principal, parecido a los heroes shekespearianos o homericos: la música de la nostalgia terrenal; la voz del infierno, paradogicamente libertad del capitán.

Está a lo largo de las ochocientas sesenta y tres páginas, subrayando de manera inducida, estimulada y provocada por las experiencias lectoras que el lector se ha hecho acompañar a lo largo de sus senderos literarios; los míos, los subrayados, guiado por las lecturas de temas filosóficos presentes en el discurso narrativo de la ballena blanca: el hombre contra el hombre, su mortalidad, la oscuridad, el vacío, la miseria humana, la espontaneidad de la vitalidad, la fuerza de la inquietud, reitero; como el asomo de la esperanza. Porque nuestra leída, nuestro aprendizaje metacognitivo es: Moby Dick, novela de personajes vitalistas. Atraídos ciertamente, de principio a fin de la historia por la ballena hacia las profundidades del mar; pero ante la esperanza de que alguien nos contara.

Está, por supuesto, en ir seleccionando palabras importantes junto a sus significados que en la novela es un buen glosario de términos marítimos: la proa, la popa, el estribor, la sobrequilla, sotavento, la quilla, apostilla, cetología, barlovento, alcázar, cofa, estera, estacha, frenólogo, affidávit, la destilería, por mencionar algunos.

Está en ir anotando al margen de la hoja de los subrayados, planteando preguntas que nos vayan aclarando, reflexionando, explicando y evaluando con nuestras propias palabras la postura de un lector conscientemente de la realidad literaria, para más tarde moverse libremente sobre la realidad digital, porque ha adquirido el control de su aprendizaje:

Cap. 18. Su señal

Cuadro de texto: Una inferencia para interpretar al hombre contra el hombre.…Los arponeros piadosos nunca son buenos navegantes: les da escrúpulos; y un buen arponero no vale un pimiento si no es como un tiburón…, p.161

 

 

Cap. 25. Apostilla

Cuadro de texto: La mortalidad del ser humano… En verdad, un hombre maduro que utilice aceite para el pelo, a menos que sea de manera medicinal, tal hombre, probablemente, tenga un punto débil en algún sitio. Y, por regla general, no puede valer mucho en su totalidad… , p. 193.

Cap. 26. Caballeros y escuderos

Cuadro de texto: En torno al heroe.… Con esto, parecía querer decir no solamente que el más fiable y útil de los corajes era el que surge desde la justa estimación del peligro encontrado, sino que un hombre sin nigún miedo era un compañero mucho más peligroso que un cobarde… , p. 196.

Cuadro de texto: Starbuck, como antítesis del capitán Ahab… Starbuck no era un cruzado en busca de peligros; el coraje en él no era un sentimiento, sino una cosa simplemente útil y siempre a mano en todas las ocasiones prácticas de los mortales. Aparte de eso, pensaba quizá que en este asunto de la caza de la ballena el coraje era una de las más grandes provisiones que se podían llevar a bordo, como los filetes y el pan, y que no debía ser tontamente derrochado…

… Porque Starburck pensaba: <<Estoy aquí, en este océano crítico, matando ballenas para ganarme el sustento, y no para que me maten ellas y se ganen el suyo>>…, p. 197.

Cap. 27 Caballeros y escuderos

Cuadro de texto: ¿Racismo? ¿Sustentado por el darwinismo?Lo mismo, digo, porque en todos estos casos los nativos americanos proporcionan el cerebro y el resto del mundo suministra los músculos con la misma generosidad…, p. 205.

Cap. 29 Aparece Ahab; después, Stubb

Cuadro de texto: Pero esto no es el caso del capitán Ahab… La ancianidad está siempre desvelada; como sí, cuanto más tiempo estuviese ligado a la vida, menos quisiera el hombre tener que ver con nada que se parezca a la muerte…, p. 212.

Cap. 32 Cetología

Es esta una tarea lenta y pesada; no puede compararse con la de un clasificador corriente de cartas de cualquier oficina de correos. Buscar a tientas en el fondo del mar, meter la mano entre los indescriptibles fundamentos, costillas y mismísimas entrañas del mundo; esto es algo aterrador. ¿ Quién soy yo para intentar enganchar el hocico de este leviatán? Las terribles burlas del libro de Job bien podrían aterrorizarme. <<¿Hará él (el leviatán) un pacto con voz? ¡He aquí que la esperanza es vana!>> Sin embargo, he nadado por las bibliotecas y navegado a través de los océanos; he tenido que vérmelas con ballenas, con estas manos palpables; lo digo en serio y lo probaré. Pero antes hay algunos preliminares que determinar. [Quién habla y a quién se refiere el hablante], p. 225.

… mi definición de la ballena; es decir: pez que lanza un chorro y tiene la cola horizontal…, p. 237.

Cuadro de texto: Descripción de una marsopa, tipo ballena… Llenas de buen humor, llegan invariablemente desde las ventosas olas de barlovento. Siempre viven viento en popa. Se las considera como un buen presagio. Si no sois capaces, que el cielo os ayude entonces: el santo espíritu del juego y la alegría no está dentro de vosotros…, p. 238 [Leer de nuevo toda la página].

Cap. 36 El alcázar (Entra Ahab; después, todos)

Cuadro de texto: Para reconocerse, reconocerme será, es necesario, cazar a la ballena… Todos los objetos visibles, hombre, no son más que máscaras de cartón de piedra. Sin embargo, en cada hecho, en el acto de vivir, en el indudable acto, una cosa desconocida,  pero que razona, muestra sus rasgos tras la irracional máscara. ¡Para llegar al hombre,  hay que derribar la máscara! ¿Cómo puede el prisionero alcanzar el exterior si no es abriéndose paso a través del muro? Para mí, la gran ballena es aquel muro, puesto delante de mí. Agunas veces pienso que no hay nada detrás. Pero es suficiente…

… Hay hombres cuyas palabras acaloradas son pequeñas indignidades…, p. 269.

Cap. 37 Atardecer

Dejo esta estela blanca y turbia, de aguas pálidas y mejillas aún más palidas, por donde navego. Las envidiosas olas, a los lados se hinchan para destruir mi huella; dejadlas, primero paso yo…, p. 274.

Cuadro de texto: ¡Vitalidad! ¿Está decidido Ahab en derribar el muro que representa la ballena?… El sendero que me conduce a mi propósito fijo tiene raíles de hierro, en donde mi alma está lista para correr. Sobre los inseguros desfiladeros, a través de los estriados corazones de las montañas, bajo cauces torrentosos, me precipito infaliblemente. ¡Nada es un obstáculo! ¿No hay sesgos para el camino de hierro! (Ahab), p. 276.

Cap. 39 Primera guardia nocturna

(Cofa del trinquete; Stubb, solo, arreglando una braza.)

Cuadro de texto: Vitalidad y esperanza… Porque una risa es la respuesta más sabia, más fácil para todo lo que resulta extraño, y, pase lo que pase, siempre hay un consuelo…, p. 279.

Cap. 41 Moby Dick

… pues la inmortalidad no es sino ubicuidad en el tiempo…

Cuadro de texto: Rasgos del capitán Ahab … La locura humana es, a menudo, la más astuta y felina de las cosas. Cuando creéis que ha huido, no ha hecho más que transfigurarse en alguna forma aún más sutil y callada…, p. 298-299.

Cuadro de texto: Caracterización; el mar profundo… Esto ya era mucho; sin embargo, la parte más grande, oscura y profunda de Ahab permanecía sin insinuarse. Pero es inútil popularizar profundidades, y toda verdad es profunda…, p. 299.

    Cap.42 La blancura de la ballena

… No así el marinero, al observar el escenario de los mares antárticos, donde, a veces, por algún truco infernal de pretidigitación en los poderes del hielo y del aire, tiritando y medio naufragando, en vez del arco iris que le habla de esperanza y consuelo, ve para su miseria lo que parece un ilimitado cementerio sonriéndole abiertamente con sus inclinados monumentos de hielo y sus cruces astilladas…, p. 313.

… Aunque en muchos de sus aspectos este mundo visible parece formado en el amor, las esferas invisibles se formaron en el terror…, p. 314.

Cap. 44 La carta de navegación

… ¡Ah, Dios, qué traces tormentosos tiene que soportar un hombre consumido por un deseo no logrado de venganza! …, p. 323.

Cuadro de texto: La oscuridad profunda… Ahab se precipitaba fuera de la cabina, era en ese momento algo vacío, un ser sonámbulo y sin forma, un rayo de luz viviente, ciertamente, pero sin un bojeto al que poder colorear, y por eso, algo vacío en sí mismo. Dios os asista, anciano; vuestros pensamientos han creado una criatura  en vos, y aquel a quien su pensar intenso hace de él un Prometeo, de su corazón un buitre se alimentará para siempre; y ese buitre es la misma criatura que él crea…, p. 324.

Cap. 46. Conjeturas

Cuadro de texto: El hombre como miseria… En momentos de fuerte emoción, la humanidad desprecia todas las consideraciones básicas; pero tales momentos son evanescentes. <<La condición constitucional y permanente del  hombre, tal como está hecho —pensaba Ahab—, es la sordidez…, p. 339.

Cuadro de texto: La espontaneidad de la vitalidad. La fuerza de la inquietud. ¿El arte del insomnio?Cap. 107 El carpintero (maravilla de personaje)

 

 

 

 

Cap. 116 La ballena agonizante

Cuadro de texto: El asomo siempre de la esperanzaNo pocas veces en esta vida, estando en el lado correcto, los preferidos de la fortuna navegan cerca de nosotros, y nosotros, que antes habíamos estado desfallecientes, recibimos de algún modo un poco de brisa rápida y sentimos gozosamente que se llenan nuestras deshindadas velas…, p.750. [No toda la suerte está hechada].

Cuadro de texto: Del infierno, su libertadCap. 132 La sinfonía (Leer de nuevo) PP

La música de la nostalgia: Entre las voces de la vida terrenal y la elección por la obseción de la voz de la muerte.

 

La novela Moby Dick de Herman Melville fue escrita y publicada por vez primera en los inicios de la década de los 50’s del siglo XIX. ‘Para lograr su propósito [nos dice Mary Carmen Sánchez Ambriz en su artículo, La cabeza de Moby Dick] se nutrió de diversas fuentes que van desde la Biblia, las teorías de Darwin —muy en boga en aquel tiempo—, la filosofía greco-latina, el Leviatán de Hobbes, los Viajes del capitán Cook, los Ensayos de Montaigne, el Paraíso perdido de Milton, además de tratados naturalistas sobre las comunidades pequeñas de Nantucket, ubicada en la costa de Massachusetts. El libro es, en realidad, el resultado de un titánico rapto de inspiración —lo escribió de un tirón entre el invierno de 1850 y la primavera de 1851— que lo llevaría a exclamar: “Denme una pluma de cóndor y el cráter del Vesubio como tintero”.

Nantucket es una isla considerada la capital norteamericana de los balleneros, un extraño rincón del mundo y de los sueños. Sus antiguos habitantes escuchaban el paso de las ballenas como algo cotidiano. Un codo de arena, sólo playa, una loma; lejos de la tierra, separada del mar: un paso, un suspiro. Eso es Nantucket. Polvo y arena. “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Desde un mapa, Nantucket se puede ver como si fuera la cabeza de una ballena. En el muelle, en una línea apenas dibujada, zarpan los barcos en pos de su enorme presa. Allí se preparaba a los catchers para que surcaran los mares, eran pequeñas embarcaciones que aguardaban lo insólito: clavar un arpón en el lomo de una ballena y ser arrastrados por el animal mítico, mitad cachalote mitad isla´.

Libro no muy bien recibido por la crítica de aquélla época concebida y estimulada, sobre todo, por impulsos emotivos e impresionistas movidos al calor de la temperatura que sus estados de ánimos les daba por escribir, como lo muestra laBrevísima antología de excentricidades melvillianas” seleccionadas por el Reverendo Doctor Cottonmouth-Luther. Pero el tiempo ha acallado estas voces. Sin embargo en la actualización de la lectura de esta novela, en pleno siglo XXI, el eco de éstas se escuchan a lo lejos del horizonte marítimo con nuevos problemas sociales que están presentes fuera del texto: el medio ambiente del ecosistema, la extinción del mundo acuático formado, verbi gracia, por las ballenas y, la discriminación racial manifestada en cierto momento dentro de la historia marítima y su hábitat, por mencionar solamente dos muy visibles al leer la novela. Problemas en los cuales no hay ninguna intención en detenerse, de nuestra parte. La lectura tiene otros fines, aunque breves, que se han venido desarrollando en este escrito. Cuestiones en las que se ha detenido uno de los críticos de mayor presencia en el siglo XX y lo que va de éste, el profesor neoyorkino, Harold Bloom y su relectura de la novela por más de sesenta años que avalan la solidez de sus comentarios de crítico. Sinteticemos:

“Leer bien Moby Dick es una empresa vasta, según corresponde a uno de los pocos aspirantes autétnticos a convertirse en épica nacional estadounidense. Pero como el protagonista de la novela es el capitán Ahab, me limitaré a repasar ciertos problemas de lectura que presenta él.. Figura nítidamente shesperiana, con tantas afinidades con el rey Lear como con Macbeth, en el sentido técnico Ahab es (como Macbeth) un malvado héroe. […].

Moby Dick es el paradigma novelístico de lo sublime para los estadounidenses: un logro fuera de lo común, no importa que sea en la cumbre o el abismo. Pese a la considerable deuda que tiene con Shekespeare, es una obra inusualmente original, mezcla nacional estadounidense del Libro de Jonás y el libro de Job. Ambos textos biblicos son citados por Melville […]

Melville no era cristiano, y tendía a identificarse con la antigua herejía gnóstica, en la cual el Dios creador es un torpe impostor, mientras que el Dios verdadero, llamado el extraño o el Ajeno, está exiliado en algún lugar de las regiones exteriores del cosmos […]” (257-260).

Una lectura ciertamente breve (brevísima al seleccionar aquí algunos fragmentos), para hablar solamente de ciertos pasajes sobre el capitán Ahab, nos dice el que fuera uno de los más influyentes de la crítica literaria. Libro de un extraordinario aliento narrativo, nos sentencia canonicamente, Harold Bloom.

La narración de la novela es la historia de unos marineros fuera de serie en voz de Ismael que, muestra el rostro del ser humano: La vitalidad, la esperanza; pero también la oscuridad, la desesperanza de la humanidad. La historia del capitán Ahab, Starbuck, Stubb, Flash, de Ismael, de Herman Melville; en fin, de una serie de personajes que postulan al lector la posibilidad de qué va la vida en la cual navegamos todos los días.

Una novela que nos permite conocer y reconocernos a través de la embarcación Pequod, las profundidades del mar, la ballena Moby Dick, como algunos elementos importantes para ello. La historia de una embarcación que puede ser la nuestra, nos ofrece la oportunidad de plantearnos preguntas tracedentales como: ¿Es la vitalidad y la esperanza o, es la vitalidad de la desesperanza quien nos define?, ¿es la espontaneidad de la vitalidad. La fuerza de la inquietud. El arte del insomnio?

Ante el hábitat de la oscuridad, nos recuerda el capitán Ahab, está el asomo de la esperanza. En fin, una historia excelente que hay que leer.

Conclusión

Es poco común en el ámbito académico y objeto de estudio poco tratado dentro de la comunidad científica literaria, el tema de la metacongnición como una de las líneas de la investigación a seguir; sin embargo en la práctica misma, su aprendizaje es crucial para el resultado de sus acometidos investigativos, según se ha mostrado brevemente en este ensayo, a través de la lectura de la novela Moby Dick, de Herman Melville, dentro de las posibilidades polifónicas que permite su viaje literario metacognitivo. Tal vez ello ha tenido su origen a partir del debate que ha existido, por lo menos, los últimos cuarenta años a la fecha entre los que establecen que la literatura no se enseña y aquellos que se manifiestan por la enseñanza aprendizaje de ella, por medio de la lectura y sus diversas estrategias metacognitivas que nos guían a comprender-explicar-críticar la realidad del texto. A desarrollar el pensamiento interpretativo y crìtico creativamente de la realidad digital encontrada fuera del texto.

 

Bibliografía

Bloom, Harold. Cómo leer y por qué. Traducido por  Marcelo Cohen, Anagrama, 2002.

Cottonmouth-Luther. Brevísima antología de excentricidades melvillianas, en https://cultura.nexos.com.mx/?p=18407/01/08/2019.

Eco, Umberto. Sobre literatura. Traducido por Helena Lozano Miralles, Oceano, 2002.

Jaramillo, L. & Simbaña, V. La metacognición y su aplicación en herramientas virtuales desde la práctica docente. Sophia: colección de filosofía de la educación, 16 (1), 2014, pp. 299-313.

Melville, Herman. Moby Dick. Traducido por Maylee Yábar Dávila y José Luis García, Alianza Editorial, 2008.

Sánchez Ambriz, Mary Carmen. La cabeza de Moby Dick, en https://cultura.nexos.com.mx/?p=11275//28/09/2016.

Vital, Alberto. Conjeturas verosímiles, UNAM, 1996.




* (El texto es un fragmento del ensayo titulado  Moby Dick como metacognición del pensamiento creativo, interpretativo y crítico, como un ejercicio creado dentro del Seminario de Investigación literaria, impartido por el Colegio de San Luis, a través de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Tabasco, durante el SARS-CoV-2, en el 2020.)