miércoles, 4 de septiembre de 2019

8 y 33


[8 y 33 son números, por lo menos, con un significado relevante, muy representativo en mis senderos caminados a lo largo de mis 59: Ocho, porque me dio la pauta y me permitió iniciarme como profesor universitario que está por prolongarse este próximo 8 de septiembre en treinta y tres. Ocho, porque también se dio lo de  Elena.]

Sentir ese deseo de ayudar porque uno puede hacerlo, y satisfacer esa necesidad natural de conocer al otro, son momentos que vale la pena vivir y repetir siempre. No como el ególatra que se regocija al escuchar sus peroratas, sin mirarse en el espejo de la ignorancia del otro. No, todo lo contrario: humildad y pasión. Porque como acertadamente nos dice el filósofo español, Fernando Savater: “Enseñar es siempre enseñar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no puede ser maestro; por mucho que sepa.”
33 años de camino académico y viaje odiseaco que comienza en la biblioteca José Martí de la ciudad de Villahermosa, donde conocí a los grandes maestros de la religión, la filosofía, la ciencia y la literatura, formando el corpus intelectual y estético de todo profesor que se acerque a ellos.
Sendero trazado por una deontología, una poética como profesor universitario. Camino de aprendizajes delineados por la ciencia, por medio de la literatura, útil en el desarrollo, entre otras cosas, de la maravillosa competencia de la imaginación científica que tanta falta hace a los jóvenes, por estar encerrados rígidamente dentro de una cuadratura como visión absoluta del aprendizaje. 
Un aprendizaje fundamentado en el arte de leer y escribir. 
Leer, lo he dicho otras veces, no es un juego e implica todo un proceso de lectura interpretativa (además de analítica y evaluativa), que todo estudiante debe conocer como base fundamental, permitiendo con ello entender el texto. Por eso el estudiante tiene demasiadas dificultades, y da respuestas equivocadas porque no sabe leer, no entiende y no comprende el texto, el argumento. Otro tanto: los profesores no les han enseñado a leer.
Así es esto, 
partir del aprendizaje de la lectura interpretativa, donde las experiencias de lecturas previas del estudiante son significativas e importante. 
La lectura, convertida en hábito de todos los días, es una ventana abierta a la escritura. O, dicho de otra forma: leer es aprender y saber escribir. 

8 y 33, 33 y 8 y, otro tanto el 59, cábala al descubierto que comparto felizmente.


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